Capítulo.- 11
El casamiento.
Al comenzar la ceremonia,
las dos biblias eran portadas por dos porqueros psicólogos, quienes las
depositaron, como libros sagrados que son, en sendos cojines y una vez que
estuvieron depositadas sobre estos, Don Patrocinio y la gata veinteañera
apoyaron al unísono las cuatro patas sobre las biblias y el chamán comenzó la
ceremonia, en el momento en que este preguntaba a Don Patrocinio si quería por
esposa a Doña Marta Barrado Pilato, Don Jeremías Pelotari gritó: Vivan los
novios y todos, excepto Don Zacarías, volvimos la vista hacia este y gritamos:
Vivan.
Una vez terminada
la ceremonia todos los trabajadores de “El Encinar” han pasado delante de la
pareja de uno en uno y le han deseado los mejores parabienes en su nueva
situación, acto seguido se ha puesto música de jotas aragonesas y todos han
bailado y cantado con gran alegría.
Don Zacarías se
acercó a mí y me ordenó que llamase inmediatamente al mesón restaurante “El
Taurino” y reservase todo el comedor para una cena de las que hacen época y
además que llame a Don J. Nuevo y que mañana a primera hora mande por lo menos
treinta porqueros psicólogos para cubrir en su trabajo a los titulares de
dichas plazas, pues es costumbre que la fiesta en las bodas de gatos duren
siete días, además debe enviarnos un equipo completo de cocineros para estos
siete días.
Una vez que todos
estuvieron cansados de bailar Don Zacarías ha traído con la ayuda del rabillador
y otros miembros de La Banda de los Festines una jaula llena de ratones
coloraos y los ha soltado, desatándose con ello unas carreras impresionantes,
todo ello a pesar del cansancio acumulado; hasta Don Patrocinio y Doña Marta se
apuntaron a estas. Todos cazaron los que quisieron, Don Patrocinio y Doña Marta
se hicieron con no menos de una docena de ellos, pero con el pensamiento puesto
en la cena que les esperaba, todos los ratones fueron indultados y devueltos a
la jaula y esta devuelta a la nave donde Don Zacarías los cría.
Todos nos hemos
dirigido al mesón restaurante a cenar, no sin antes guardar la cámara de vídeo
en una de las cajas fuertes como medida de seguridad. En el momento en que la
estábamos guardando Don Zacarías me ha comentado que posiblemente la boda no
tenga validez legal alguna, pero antes hay que repasar el vídeo con
detenimiento para poder hacer semejante afirmación. Me parece que esta noche a
Doña Marta terminan de calzarla como es debido y posiblemente la pequeña
inflamación que tenía en una de sus patas traseras se le pase a la tripa y
entonces es cuando va a quedar completamente curada y de forma definitiva de
las pequeñas inflamaciones.
Durante la cena Don
Patrocinio ha tirado la casa por la ventana, como vulgarmente se dice, se han
servido todo tipo de mariscos y carnes y el vino como no podía ser menos en una
ocasión como esta ha sido servido a discreción y para colmo se ha servido
“Château Petrus”, todo él grandes reservas. Vino catalogado como el mejor del
mundo y que se extrae de la uva pomerol en la región francesa de Bourdeaux y
más concretamente en la zona de Libournais.
La fiesta duró
hasta altas horas de la madrugada y todos llegamos a El Encinar sujetándonos
unos a otros.
Si Doña Marta
chilló esa noche y cuantas veces, yo al menos no me he enterado y creo que los
demás tampoco, bastante teníamos con dormir “la mona”.
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